En la primera etapa Kennaugh rompió las espectativas del sprint y se impuso en solitario en la línea de meta. El británico evidentemente cogió el liderato.
Sin embargo, en la segunda etapa los equipos de los sprinters se pusieron las pilas y hubo final al sprint. Bouhanni se apuntó la victoria de etapa y Kennaugh seguía como líder.
Llegaba la tercera etapa, una crono por equipos de 24 km donde ganó el BMC y Rohan Dennis se hizo con el maillot amarillo.
La cuarta etapa también se resolvió al sprint y también se la llevó Bouhanni. Dennis seguía líder.
Llegaba la montaña en la quinta etapa, con final en el Pra Loup donde Romain Bardet se impuso. Van Garderen cogió el maiilot amarillo.
En la sexta etapa la montaña seguía siendo protagonista y apareció la figura de uno de los grandísimos favoritos, Vicenzo Nibali, que se impuso con una gran autoridad en la meta y se puso líder.
La séptima etapa llegaba, y Froome también llegó tras ganar la etapa y colocarse segundo en la general. El maillot amarillo volvió a ser propiedad de Van Garderen.
Y en la octava y última etapa... Froome gana la etapa y se lleva el Dauphine.
Una carrera muy interesante donde se pueden ver algunas pistas para el próximo Tour. Froome está fuerte, Nibali irregular, Purito coge buenas sensaciones en las últimas etapas de montaña...
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